Jardines interiores de un edificio de oficinas en Madrid
El jardín debía mantener una apariencia constante en el tiempo y ser tan determinante en el corazón del edificio como visible desde las cinco plantas de despachos. La necesidad de ofrecer una visión desde arriba influyó en el diseño y la estructura y determinó un patrón reconocible; y las condiciones de sombra brindaron la inusual y ventajosa ocasión de crear un pequeño microclima, un reducto para algunas especies que fuera de un espacio así no sobrevivirían. Se utilizó como planta base el boj recortado en formas orgánicas a imagen de los arbustos en la Naturaleza, lo que permitió crear una estructura unificadora y formas definidas en el espacio. El contrapunto: delicados helechos, matas de Farfugium japonicum, de grandes hojas redondeadas, y Ophiopogon japonicus, que recuerda las hierbas que crecen en las orillas de los cursos de agua. Como elemento vertical, la silueta ligera y los troncos blancos de los abedules.
Fotos: Pablo Vicens / Miguel Urquijo